martes, 31 de diciembre de 2013

Sin...




Fue extraño. Al principio no me di cuenta. Luego fue evidente. Comenzaron desapareciendo las letras, muy sigilosamente. Más tarde las palabras y por fin la creatividad. Me quedé vacía. No supe que hacer ni a quién recurrir. Decidí buscarlas, asi que
miré debajo de la cama, sacudí las cortinas, levanté las alfombras, abrí placares y ...NADA. Habían desaparecido. Evidentemenete no me había esforzado demasiado en encontrarlas, por lo que salí a la calle dispuesta a recuperarlas. Miraba a la gente en busca de respuestas, solo conseguí miradas de asombro y hasta algunas de desprecio, como si una loca estuviera parada frente a ellos. Abracé a los árboles para impregnarme de su savia, oli flores para embriagarme con su aroma, miré al sol para inspirarme en su calor... Las horas pasaban y no lo conseguía. La noche me envolvió. Ilusionada miré a las estrellas, fuente de tantos versos y musas. Nadie vino en mi auxilio. Me sentí sola, con una soledad que apretaba mi garganta, sin posibilidad de expresar mi dolor. Y ahi, de pronto lo comprendí todo. Las letras, las palabras, la inspiración estaban dentro mio, acurrucados. Ese nudo que sentía en mi pecho era una madeja de palabras dormidas, de letras entrelazadas que pugnaban por salir. Abrí una ventana para liberarlas, y salieron en bandada, iluminando un cielo oscuro ...